martes, 8 de noviembre de 2005

Mi primera protesta

Hace tiempo que no escribimos nada. No es falta de novedades, ni de ganas, sino falta de tiempo. Les cuento: la semana pasada producto que yo (la madre del camilo) estuve participando-organizando las V Jornadas de Psicología Educacional, mi Camilo estuvo por ¡tres días! al cuidado de su abuela baby-sitter. Toda una experiencia.

La situación se desarrolló de la siguiente manera: el Jueves vino abuelita Pachi muy feliz y contenta a cuidar a su nieto preferido y regalón; planificó actividades a hacer con él y se entusiasmó con la idea de darle leche, jugo de naranja y manzana raspada (su actual menú). Al parecer, todo iba de lo más bien hasta precisamente la llegada de aquel momento: tomar leche. Para hacer el cuento corto, el muy insurrecto del Camilo se negó a tomar leche de mamadera, en reiteradas ocasiones!!

Yo por otro lado, llamaba al hogar para saber del desenvolvimiento de esta situación: cada vez las noticias eran negativas. Incluso el ingenio de abuelita llegó al extremo de darle leche con cucharita. ¡No será demasiado Camilo!

Resumen: primer día: maña para comer, pero al parecer disfrutaron el resto del día con variados paseos en coche. Por supuesto cuando llegué yo a las siete de la tarde, chupó pechuga como si nada. El segundo día, captó que la cosa era con mamadera y se portó de lo más bien tomando y comiendo todo lo que abuelita le ofreció. Sin embargo, el sabado, tercer día, incredulo ante la ausencia de la madre-pechuga, nuevamente organizó una protesta de "no a la leche evasada" aceptando solamente productos frescos como jugo de naranja y manzana rallada. O sea, el cabro se las trae.

En fin, fue nuestra primera separación larga durante el día...y nos echamos de menos. Pero quiero pedir un aplauso por la paciencia y el cariño con el que se puso la abuelita, desplegando todo tipo de estrategias alimenticias y manteniendo la situación controlada. Hip-hip-Urraa, hip-hip-Urraa.

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