domingo, 10 de diciembre de 2006

Muerte de un dictador

Hoy fue un día especial. O sea, antes de la siesta era igual que todos los otros días, pero cuando desperté de la siesta, encontré algunas cosas raras. Mis papás estaban sentados en el patio, tomando algo, pero lo raro era que ¡habían puesto la tele afuera! ... y estaban sentados viendo tele. De repente hacían un brindis. Y a cada rato se preguntaban entre ellos ¿vamos o no vamos?
Por lo que pasó despúes, parece que ganó la opción "vamos".
La cosa es que me subieron al auto, mi papá agarró un genero con tres colores y una estrella y salimos a andar en auto. ¡Y mientras andabamos en auto mi papá iba tocando la bocina y mi mamá iba sujetando el género por fuera de la ventana!
Lo primero que hicimos fue ir a buscar al Pablo a otra casa .... ehhh, por fin algo normal.... a lo mejor él sabe como hacer que mis papás vuelvan a la normalidad. ¡Que me cae bien el Pablo! Cuando lo fuimos a buscar y se subió al auto y empezamos a andar, mi mamá le dió la bandera a él y le dijo que él la sostuviera por la ventana. Pero claramente el Pablo se puso de mi lado, y encontró también que mi mamá y mi papá estaban locos, y después de un rato corto, dijo que se le había cansado el brazo y le devolvió la bandera a mi mamá.
Al final del camino nos estacionamos y salimos a caminar. Pero acá pasó otra cosa muy muy rara. ¿Saben como siempre mi mamá me está diciendo que no tengo que acercarme ni caminar por la calle por donde pasan los autos? .... bueno, justo hoy mi papá dice: "aprovechemos de caminar por la calle" ... y no solo nosotros sino que muchas personas ¡estaban caminado por la parte de los autos! Pero yo no soy leso, asique no me arriesgué y preferí estar todo el rato en brazos de mis papás. Y eso hicimos: estuvimos ahí parados en la mitad de la calle con muchas otras personas también paradas que a veces se ponían a saltar o gritar. Y muchas otras personas estaban caminando, con banderas, y tirando unos papelitos chicos, que el Pablo también estaba tirando. Y después de caminar un poco para allá y para acá, mi mamá sacó algunas fotos, y nos fuimos. Que bueno, porque a mi no me gustó mucho eso de estar en la mitad de la calle y con tanta gente.
Y después de eso mis papás volvieron a la normalidad. Ya no tocaron tanto la bocina en el auto, ni sacaron la bandera por la ventana. En vez de eso, nos llevaron a comer helados. ¡Que rico! ¿Qué pasó? Mientras comiamos helados mi papá nos contó que todo lo que había pasado hoy día era porque se había muerto un hombre muy malo que se llamaba Pinochet. Que bueno que yo no conozco a nadie malo, toda la gente que conozco es buena. Después de eso volvimos a la casa, donde la tele volvió a estar en la pieza de mis papás.

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