(Nota de advertencia al lector y particularmente a la Camila, a proposito de un comentario realizado en un post anterior: el sabado 23 el camilo se cayó de una silla y se fracturó la cabeza. fue apestoso. todos lo pasamos mal. pero ahora está bien, no tiene ninguna secuela ni física, ni psicológica, ni neurológica... solo tiene algunos malos recuerdos. Hoy, dos días despúes, anda feliz y sigue tan intrepido como siempre. Esta aclaración tiene como objetivo no asustar al lector.)
Este fin de semana me pasaron muchas cosas y entre medio parece que pasó eso de la pascua. Lo entretenido fue que todo el fin de semana vi a muchas personas de mi familia: vi a mis tatas y a mis abuelitas, mis tías, mis primos, mis tíos, y además vi muchos pero muchos juguetes nuevos. Algunos eran del Pablo, otros eran de mis primos, y siempre que había uno para mi, venía escondido en un bonito papel.
Lo malo de este fin de semana fue que me caí de una silla y me pegué en la cabeza. Asi que tuve que ir al doctor y quedarme ahí toda una noche. Lo que pasó fue lo siguiente: yo estaba en mi casa y vi algo muy bonito arriba de la mesa del comedor. Me subí a la silla, como siempre lo hago, pero al tratar de estirarme para tomar esa cosita brillante y linda, parece que se me acabó la silla y yo me caí al suelo. Ayyyyyy. Me puse a llorar pero mi papá llegó altiro a tomarme en brazos y hacerme cariño. Despúes en la tarde me llevaron a la clínica. Ahí pasó lo de siempre: me tocaron la cabeza por acá y por allá, me pusieron en una tabla dura y me acercaron una máquina a la cabeza, y me sacaron unas fotos bien feas en blanco y negro. Pero despúes empezó lo malo. Una señora le dijo a mis papás que me tenía que quedar a dormir allá. Yo escuchaba que mi papá le decía: no, señora, nosotros tenemos una cama para él en la casa, si quiere lo hacemos dormir en la casa y lo traemos para que usted lo vea mañana en la mañana. Pero la señora dijo, que ellos también tenían camas acá y que yo iba a dormir mucho mejor acá que en mi casa, y además que tenía otra cama para que pudiera tambien dormir mi mamá. "Bueno", dijo mi papá.
Y entonces fue lo más malo de todo. Llegó una señora y me puso una aguja en el brazo y además ¡¡llenó todo mi brazo de scotch y vendas y cosas!! Dijo que era para qe no me sacara la aguja .... ¡pero si ella no me la hubiera puesto, a mi no me darían ganas de sacármela! Los adultos son tan absurdos a veces. Además me puso una luz en el dedo y de ahí saían unos cordeles que llegaban a unas máquinas y unas bolsas colgando. Todo muy fue y que me dio mucho susto. Lo bueno es que siempre mi mamá estuvo al lado mío y ella le decía a la señora: señora, cuidado con el camilo, no le aprete tanto, y cosas así. Despúes me llevaron a una cama super parecida a la mía y me pusieron un pijama bien divertido. Ahí estuve. Mientras estuve ahí me fueron a ver mi abuelita, el tata Carlos, y mi tía Milena.
Y en la mañana siguiente llegó un hombre gordo vestido de rojo que me dió un globo y me dio un regalo. A mi no me gustó mucho el señor asi que estuve siempre en brazos de mi mamá.
Pero despúes de eso me fui para mi casa. Y apenas llegué fui a ver mi cama, mi pieza, mi patio, la silla, la mesa, mi arbol de pascua, mis juguetes, todo, todo .... y todo seguía en el mismo lugar.
En la noche nos fuimos donde mis abuelitos y antes de quedarme dormido la abuelita de mi mamá me dio un muñeco que canta y baila y que es muy divertido.
2 comentarios:
Pucha Camilo: lamento el pporrazo! Gracias Lore por la deferencia pero afortunadamente ya me habian suavizado la noticia por telefono (hable con la mami). Me gustaria saber quien es el viejo pascuero de la foto y como resulto finalmente la llegada de "the real viejito pascuero" el 24.
estaré atenta al siguente blog!
Besos y ánimo y apoyo,
Cami:
el viejo pascuero de la foto es el que recorría las piezas de la clínica alemana, es decir el oficial de la clínica. La llegada del verdadero viejito el 24 se hizo mientras camilin dormía ... (finalmente). Solo se le entregaron dos regalos antes de que se durmiera, un reno que baila y canta y que le encantó, y una silla chica, que luego de los acontecimientos fue abucheada por su peligrosidad. Absurdamente no fotografiamos esos momentos de abrir regalos. Luego el camilo se durmió, nosotros comimos rico, y ahí llegó el verdadero-verdadero viejito. Los regalos del Camilo se acumularon y finalmente abrió algunos el 25 en la mañana, y otros el 26 en la tarde (fue espaciado para que los apreciara...aunque la estrategia no siempre dio resultados). El 25 fuimos donde los otros abuelitos (donde también pescó poco los regalos), luego donde la tía Nassella (lugar al cual entró durmiendo y salió durmiendo; por lo tanto tambien recibió esos regalos al día siguente), y finalmente llegamos agotados al hogar. Eso fue. De todas maneras haré un post con fotos de acontecimientos.
Publicar un comentario