Era la hora de comer. Estaba el Camilo sentado a la mesa comiendo pollo con arroz. Y Gaspar sentado en su silla de comer mientras yo le daba su comida molida. Suena el teléfono. Le pido al Camilo que vaya a contestar. Es para mi. Voy a contestar mientras el Camilo vuelve a la mesa a seguir comiendo.
Es una tía. Hablamos un rato sobre los preparativos de la navidad, el amigo secreto, el viaje de mis padres a buenos aires, y en fin, cosas varias. Después de un rato le digo que debo colgar porque estaba dándole comida a mis hijos. Muy bien.
Vuelvo al comedor. El escenario era el siguiente:
Camilo, con comida molida de Gaspar en su codo. (No sé cómo ni porqué).
Gaspar, comiendo el arroz que Camilo le había echado sobre su mesita de comer. Feliz. Masticando.
Al parecer se habían intercambiado la comida... o al menos habían hecho un pequeño trueque.
Es una tía. Hablamos un rato sobre los preparativos de la navidad, el amigo secreto, el viaje de mis padres a buenos aires, y en fin, cosas varias. Después de un rato le digo que debo colgar porque estaba dándole comida a mis hijos. Muy bien.
Vuelvo al comedor. El escenario era el siguiente:
Camilo, con comida molida de Gaspar en su codo. (No sé cómo ni porqué).
Gaspar, comiendo el arroz que Camilo le había echado sobre su mesita de comer. Feliz. Masticando.
Al parecer se habían intercambiado la comida... o al menos habían hecho un pequeño trueque.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario