miércoles, 20 de junio de 2007

La indecisión se hereda

Ayer pasó algo, que después que pasó mi mamá me dijo: "¡Camilo saliste igual a mi, que horror!"

Fui a comprar con mi mamá zapatos nuevos para mi. Entramos a una tienda y mi mamá con la señora de la tienda me probaron muchos zapatos distintos y al final mi mamá me compró unas zapatillas rojas. Yo salí de la tienda con mis zapatos nuevos y caminé con mi mamá a otra tienda. Ahí entramos y mi mamá y el señor de la tienda me probaron muchos otros zapatos. Al final mi mamá me comprò unas zapatillas blancas con azul iguales a las que tenía antes. Yo estaba feliz con mis dos zapatillas nuevas. Pero de repente mi mamá vuelve a la tienda donde me comprò las zapatillas rojas y le dice a la señora "sabe que me arrepentí, me da mejor los botines cafe". ¡Y me sacan mis zapatos rojos nuevos y me ponen otros cafes!



Después de eso seguimos caminando con mi mamá y pasamos al lado de muchos de esos autos que a mi me encantan. Son unos autos en los que yo me subo y mi mamá pone una moneda y se empiezan a mover y sale musica y se mueven. Son super. Entonces había un lugar donde había ¡muchos de esos juntos! Yo le dije a mi mamá: "Mamá, mamá, mi". Y fuimos, ella sacó de su cartera una moneda y me dijo: "¿En cual te quieres subir Camilo: en el tren, en el burro, en la cuncuna, o en el auto?" "En ese dije yo". Y mi mamá me subió al burro. Ella iba a poner la moneda pero vi el auto y le dije, "no, no, no, ese, mamá". Y mi mamá me cambió al auto. Pero justo cuando me iba a sentar vi la cuncuna, "no, no, no mamá, ese no, ese sí." Y entonces ella me llevó al del lado para subirme a la cuncuna. Pero justo cuando me iba a sentar yo le dije, "No mamá ese no, tren". Y entonces mi mamá fue a sentarme arriba del tren, pero de nuevo le dije "no, mamá no". Y entonces ella se enojó, y me dijo: "Ya poh, Camilo, decídete por uno o si no nos vamos a ir!" "Vamos", le dije yo, y partí caminando por la vereda. Y nos fuimos. Al final no me subí a ninguno porque no pude decidir. ¡Es que todos eran tan bonitos! Además habían muchos juntos. Me gusta más cuando hay uno solo, y uno se sube, se mueve y listo, no hay nada que mirar para el lado.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

probando

Anónimo dijo...

Pero Camilo de la indesicion no hay que preocuparse, uno puede tomarse tu tiempo, analysar pros y contras, pero no puede por ningun motivo irse sin pan ni pedazo, ya que la frustracion y la incertidumbre de qué hubiera pasado si hubiera elegido ese otro, no te llevará a ningun lado.
Por otro lado habras cosas peores de las que preoucuparse heredar como pudieran ser (a modo de ejemplo nada mas) la falta de tacto labial, la incapacidad de apretar las manos (manos de fantasma, lividas), el estornudo con grito, la sonada de trompeta, ji, ji, el humor negro, en fin tanta cosa que puderian estar ad portas de ser parte de tu personalidad tambien.
Por ultimo la sapiencia popular indica que "lo que se hereda no su hurta" que en realidad no me queda claro cual es la utilidad en este caso pero algo aportará!

Anónimo dijo...

Me alegro que hayas a lo menos salido con dos pares de zapatos. Peor es el caso de tu abuelo que primero recorrió todas las zapaterías de Chile y luego todas las de Europa para terminar mandándole a poner media suela y taco a sus viejos zapatos clarks. Ya sabes entonces que lo que se hereda no se hurta y que la herencia puede venir de varias generaciones atrás. Ah! Ojalá no heredes la mala ortografía de tu tía Camila, ni su habito de confundir el inglés con el castellano, aunque puede ser bueno que heredes su capacidad para recordar…