viernes, 23 de noviembre de 2007

Fui al cumpleaños de mi abuelita Pachi

No había podido escribir porque he estado un poco enfermito, con mocos y tos. Pero ahora que estoy un poco mejor, les quiero contar que el sábado pasado nuevamente salí de noche. Era el cumpleaños de mi abuelita Pachi.

Era un cumpleaños un poco diferente a los que yo había ido. En primer lugar porque yo era el el tío sergio y el tío flaco riéndoseúnico niño. Segundo, porque no habían globos en las paredes, tampoco habían sorpresas, ni platitos ni mantel con dibujos. Y tercero, porque empezó de noche, super cerca de la hora en que yo me duermo. Pero yo sí supe que era un cumpleaños, es porque había papas fritas, regalos y mucha gente, y al final también cantamos la canción del cumpleaños.

Cuando llegamos yo siempre estuve en brazos de mi papá y de mi mamá, ¡es que había mucha gente! Pero en un momento ya no llegó más gente y yo ya la concía a toda. Entonces lo empecé a pasar super bien. la tía mélica, la tía daniela y el tío titoYo corría de allá para acá y de acá para allá, y de repente paraba de correr y miraba, habían puros tíos conversando y riéndose...¡y entonces tenía que empezar a buscar a mi mamá! "Mamáaaaá, mamaaaaaá". Era como jugar a la escondida. Además cuando yo empezaba a buscar a mi mamá y a decir "mamá", todas las personas me empezaban a dar pistas y me decían "Camilo, por acá está tu mamá", "Camilo, date la vuelta por acá", hasta que la encontraba. Y entonces empezaba de nuevo a correr para todos lados hasta que de repente, no la veía, y empezaba de nuevo "mamaaaá".

Y corrí mucho. Y por eso también me cansé. Lo bueno es que justo antes de cansarme mucho mucho, la tía Mile llegó al lado de la abuelita Pachi con una torta con seis velitas. Y todos empezaron a cantar el cumpleaños feliz; yo no quise cantar porque todos cantaban muy muy fuerte. la abuelita Pachi pidiendo tres deseosY después el tata Carlos cortó la torta. Eso fue super divertido porque ¡cortó la torta con un cuchillo que se movía solo! Y mientras cortaba todas las personas que estaban mirando le decían "más chico, más chico, que no va a alcanzar". Pero si alcanzó la torta para todos. Yo no comí eso sí, es que a mi no me gusta la torta.

Entonces me puse a corre de nuevo. Pero ahora mi mamá me vió a mi primero. Y me tomó en brazos y me dijo "Camilo, ya, estás corriendo de puro sueño, a dormirse". ¿Corriendo de sueño?

Y entonces mi mamá me fue a acostar a la cama de la abuelita Pachi y el tata Carlos. ¡Que rica es la cama de mis abuelitos! Lo divertido es que cuando desperté, ya era de día, y vi que en la cama de la abuelita Pachi y el tata Carlos, estaba durmiendo la abuelita Pachi y el tata Carlos ¡y no yo! Yo estaba en mi cama-cuna a los pies de su cama. ¿En que momento me cambié de cama? ¿Y donde se fueron las personas del cumpleaños y mi papá y mi mamá? Tuve que preguntarle todas esas cosas a mi tata: "Tata, tata, despierta, ya es de día, tata, despierta".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Camilo, te voy a contar que pasó después que te dormiste en mi cama. No estoy muy seguro, pero creo que tu te dormiste como a las 11 de la noche, pero la fiesta siguió como hasta la 4 de la mañana! Es que era un cumpleaños muy importante para tu abuelita Pachi, porque ingresaba al grupo de personas de la tercera edad, lo que por una parte la tenía muy contenta, aunque por otra no tanto. En todo caso yo encuentro que esta bastante bien para pertenecer a ese grupo etario, porque aún “la pega” como se ve en las fotos que pusiste en tu blog. ¿Qué piensas tu? Te cuento que los invitados se lo comieron todo y cuando ya se acabó la comida empezaron a tomarse todo. Parece que se había propuesto dejar todas las botellas que están en los estantes de comedor vacías. De repente como a eso de las 2 o 3 de la mañana como que pasó un angelito y todos se quedaron callados y a tu mamá se le ocurrió que había que reanimar la fiesta y propuso jugar un juego que se llama “El Diccionario” y que consiste en que una persona busca una palabra en el diccionario y anota su significado en un papel. Claro que tiene que ser una palabra difícil, a la que se le puedan inventar definiciones fácilmente. Cada uno de los presentes tiene que tratar de adivinar el significado o inventa un significado plausible y lo anota. La persona que propone la palabra luego recoge los papelitos y lee cada una de las definiciones. Finalmente cada persona vota por la que cree es la definición correcta y se asignan puntajes. Gana la persona que más veces adivina o más vences inventa una definición por las que otros votan. De los más entretenido, pero yo aparte de jugar, tenía que seguir sirviendo trago y dando de comer. A uno de los invitados se le ocurrió que había que tomar sopa, así que allá tuve que ir a la cocina a prepararla. Así nos dieron como las 4 de la mañana! A esa hora tu mamá le pregunta a la abuelita Pachi: Mami podemos dejar al Camilín con Uds., porque esta medio resfriado y no creo que sea bueno que salga a estas horas de la noche. Y vino la típica respuesta de tu abuelita: “no sé yo, pregúntale a tu papá”. Yo estuve de acuerdo con tu mamá que no era bueno sacarte al frío a esa hora, así que dije que bueno. Ahí fue que tu mamá armó la cama-cuna y te metió en ella. Bueno, se tomaron la sopa y todos se fueron. Por suerte tu mamá se había comedido y había lavado la mayor parte de la loza, así que en un rato ordenamos todo y nos fuimos a dormir con tu abuelita, claro que eso fue como a las 4 y media de la mañana. Parece que tu sabías que nos habíamos dormido tarde, así que por suerte te despertaste como a las 8:30 y empezaste a cantar. Como a eso de las 9, empezaste a decir “tata día” bastante fuerte, así que me desperté y nos fuimos a la cocina a tomar desayuno y dejamos a tu abuelita Pachi en el dormitorio, con la puerta cerrada, para que siguiera durmiendo, cosa que hizo como hasta las 11 de la mañana. Bueno tu ya sabes lo que hicimos esa mañana: tu viste monitos en la tele y barriste la terraza mientras yo leía el diario y tomaba litros de agua, porque parece que tenía un incendio en el estómago, que tuve que apagar. Pero curiosamente no tuve sueño, a pesar de haber dormido sólo 4 horas! Parece que cuando uno se pone viejo necesita menos sueño y más agua para apagar los incendios del estómago!