Lo malo de mi casa es que no tiene playa, y no tiene piscina, y no tiene tíos ni tatas.
Cuando estábamos en la casa que tiene piscina, con el tata Carlos y la abuelita Pachi, una vez todos mis tíos y mis papás jugaron a la pelota. Y yo también jugué. Yo iba a buscar la pelota cuando la tiraban un poco lejos.
Fue super divertido. La abuelita Pachi se puso a mirar el juego conmigo y ella sacó fotos. Yo algún día voy a jugar tan bien al futbol como mi papá, el tata y mi tía Camila. Yo ahora la puedo tirar super fuerte con el pie y con la mano. Y además yo corro super rápido a donde está la pelota.
Después de jugar se puso un poco de noche, y lo loquito fue que todos después del partido ¡se metieron a la piscina!... ¡y era de noche!
Yo también me quería meter, pero mi mamá fue super pesada y no me dejó. Me dijo que hacía frío, que era de noche y que me podía resfriar. ¡Mi mamá siempre me dice que me puedo resfriar y no me deja jugar super harto con agua! Bueno igual yo me mojé un poquito el buzo.
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