Hoy en la noche estaba acostando al Camilo luego que habíamos tenido un leve altercado producto de que no se quería comer la comida. Y como siempre, después de comer, lo fui a acostar. Llegamos a su pieza y le digo: "Ya Camilo, ponte la parte de abajo de tu piyama mientras yo voy a buscar tu remedio." Voy a la cocina, y preparo su remedio. Cuando vuelvo a la pieza, el Camilo no solo se había puesto la parte de abajo de su piyama, sino que también la parte de arriba, ¡abrochandose solo los botones y todo! Entonces yo le digo:
- "¡Este niño sí que me gusta! Se sabe poner el piyama solo, ¡me encanta que tenga cuatro años!"
Ante estas exclamaciones el Camilo me sorprende con la siguiente pregunta:
- "¿Y tú me vas a vender?
- "¡Cómo se te ocurre que te voy a vender!"
- "Sí, mami, cómprame."
(¿Qué me habrá querido decir?)
1 comentario:
jajjajajajja
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