Era la hora de acostarse. Ambos niños ya se habían acostado y yo los tapaba y les deseaba buenas noches.
- "Ya, hora de dormirse, cierren sus ojitos."
El Camilo y el Gaspar se acurrucan en la cama. El Camilo cierra los ojos.
- "Buenas noches, voy a apagar la luz."
- "Mamá, no tienes que apagar la luz, si cuando uno cierra los ojos, igual ya se apaga la luz.", dice el Camilo.
Yo apago la luz.
Entonces el Gaspar dice.
- "Mamá qué pasa si mis ojos no se quieren cerrar?"
- "Es que ciérralos porque tus ojos tienen que descansar".
- "¿Y si mis ojos no quieren descansar pero mi cuerpo sí quiere?", insiste el Gaspar.
1 comentario:
me encantó, hermoso.
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