La tienda es super. Es super grande y está llena de muchas cosas: hay radios, pelotas, bicicletas, motos, y mucha ropa. Y lo más chori es que también tiene muchas escaleras de esas que se mueven solas, y entonces para ir de la ropa de niños a la ropa de grandes hay que subirse a esas escaleras. A mi me encanta.
Lo otro que me gusta de estas tiendas es que tiene muchos pero muchos escondites. Por ejemplo cuando vamos a la parte de la ropa de los grandes, esa ropa la tienen colgando de unos fierros, y es super chori porque uno se puede meter entremedio de la ropa y nadie te encuentra. Ayer cuando fuimos, mientras mi papá veía unas poleras para él, yo me puse a correr y a meterme adentro de las ropas colgando. "Mamá, llámame", le decía yo a mi mamá para que ella me buscara. Y cuando ella me veía yo salía corriendo y me metía adentro de otras ropas. Pero mi mamá corre super rápido y me pillaba. Lo malo es que después de jugar a eso algunas veces ella se empezó a enojar, y a decirme que yo tenía que andar de la mano de ella y que no podía ponerme a correr. ¡Pero pucha mamá, yo no quiero andar de la mano! Si yo ando de la mano con mi mamá no me puedo esconder y ella no me puede pillar, y es muy fome. Asi es que cuando mi mamá se ponía a hablar con mi papá o con una señora, yo aprovechaba para ir a buscar un escondite. Y apenas yo salía corriendo, mi mamá salía detrás mío a pillarme. Pero al final ella se enojó y no quiso jugar más conmigo. Le dijo a mi papá: "ya Rodrigo, ahora tú te haces cargo del Camilo que yo ya estoy apestada de él, lo único que hace es arrancarse". Y entonces mi papá era el que me acompañaba a esconderme. Además mi papá me dejó subirme arriba de una moto de niños y andar un poquito. Pero igual yo quería jugar más con mi mamá.
Asi es que volví donde ella, pero ella estaba enojada conmigo. No me gusta que mi mamá se enoje porque se pone muy pesada y no me mira y no me habla. "Mamá, brazos" le decía yo. Y ella me decía "Camilo, estoy enojada contigo". "Mamá, brazos". "¿Te vas a portar bien?" "Sí". Y ahí mi mamá me tomó en brazos y me sentó al lado de la maquina donde se pagan las cosas. Es como un computador, pero tiene una cosita super chori de donde sale una lucesita roja y que suena "pip" cuando uno la apreta. Yo tomé esa cosa y la apreté arriba de mi ropa nueva, igual como lo hacía la señora. Mi mamá me dijo que eso solo lo podía hacer la señora, y le devolvió el aparato a la señora. Pero cuando la señora ya estaba aprentando otros botones, yo lo tomé de nuevo y me puse a apretarlo, porque yo también sé hacerlo. Y entonces de nuevo mi mamá se enojó conmigo. Y me retó de nuevo, "Camilo, no toques eso, me estas cansando mucho." ¡Pucha mi mamá no me deja hacer nada en esta tienda! Y de nuevo me tuve que ir con mi papá.
Después de eso mi mamá le dijo a mi papá, "ya Rodrigo vamonos que estoy chata de andar persiguiendo al Camilo, y que se ande metiendo en todos lados". Buuuuuu. Yo no me quería ir. Pero nos fuimos. Y cuando nos fuimos mi mamá estaba super enojada. Que lata, nunca vamos a estas tiendas, y justo fuimos un día que mi mamá no quería jugar y que estaba super pesada.
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