Había sido uno de esos días en que los hijos la dejan agotada a una. Como a las cinco de la tarde decido hacer un alto y me tiro arriba de mi cama. Camilo y Gaspar me siguen.
- Mamá qué vas a hacer, me pregunta el Camilo.
- Voy a descansar un poquito.
- Ah, ya, yo también, me dice mientras se sube arriba mío en la cama.
Presiento que mi momento de tranquilidad será boicoteado, por lo tanto decido incluir a todo el grupo.
- Ya, les digo al Camilo y al Gaspar, juguemos a leer. Acá hay un libro para cada uno, y entonces todos nos acostamos en la cama a leer nuestro libro.
Logro que los dos niños se sienten en la cama con un libro frente a ellos. Yo me acuesto, también con un libro en la mano. Y digo:
- Ahora cada uno va a leer en silencio.
- Yo voy a leer en bulla, dice el Camilo con entusiasmo.
Sería todo respecto de mi momento de tranquilidad.
1 comentario:
Pucha Lori,
Buen intento, ingenioso, cerca de ser efectivo. Lastima que no haya resultado!
Saludos,
Camila
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